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Elfos de sangre.

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Elfos de sangre. Empty Elfos de sangre.

Mensaje  ElPater Lun 24 Sep 2007, 10:59

Elfos de sangre. 180px-Image-Blood_Elf_Icon
La fundación de Quel'Thalas

Casi siete mil años antes de la Primera Guerra
, los elfos nobles exiliados aterrizaron en las costas de Lordaeron en busca un nuevo hogar. Estos proscritos estaban liderados por Dath’Remar Sunstrider, cuyo apellido significa “el que camina de día”.

Separados de las poderosas energías del Pozo de la eternidad y habiendo sido privados de su inmortalidad, fueron muchos los que perecieron a causa del hambre o el frío durante su largo periplo.
Además de estos contratiempos, los elfos fueron obligados a huir de su primer asentamiento, los Claros de Tirisfal, debido a una misteriosa influencia malvada que enloqueció a muchos de ellos.

A medida que se adentraban hacia el interior, los elfos nobles desarrollaron una enemistad mortal con los astutos trols bárbaros de Zul’Aman, que controlaban la mayor parte de los territorios del norte de Lordaeron. Finalmente los exiliados llegaron a una región cuyos claros boscosos les recordaban a su lejana tierra natal en Kalimdor. Los elfos expulsaron a los trols Amani que vivían allí y fundaron el reino de Quel’Thalas.

Usando un vial de agua sagrada que habían robado del primer Pozo de la Eternidad, los elfos nobles crearon una fuente de poder mística integrada con las poderosas energías que se hallaban en Quel'Thalas. Llamaron a esta fuente Fuente del Sol, y su poderosa magia arcana alimentaba y fortalecía a todos los elfos nobles de Azeroth. Así pues, se creó la ciudad de Lunargenta. El poder de los elfos nobles creció, y crearon un encantamiento para su bosque que haría que siempre estuviera en una primavera eternal.

Magi elfos crearon Runestones monolíticas a lo largo de las fronteras de Quel’Thalas; estas enormes piedras alimentaban un escudo mágico que pretendía ocultar la magia de los elfos de amenazas extradimensionales y proteger el territorio de las invasiones. La paz, duramente ganada, de Quel'Thalas duraría unos cuatro mil años.

Arathor y las guerras trol

Sedientos de venganza, los trols Amani se unieron y lanzaron una terrible campaña para destruir a la civilización elfa para siempre. Los elfos nobles estaban totalmente superados en número. El rey de Quel'Thalas, Anasterian Sunstrider, buscó desesperadamente aliados que le ayudaran en la guerra y por este motivo el rey formó coalición con la nación humana de Arathor.

Los elfos enseñaron a unos pocos humanos a usar la magia. Con estos nuevos magi y los ejércitos de Arathor, los elfos nobles resultaron airosos destruyendo la base de poder trol. El imperio Amani nunca se recuperaría por completo de su derrota.

Quel’Thalas se había salvado y los elfos nobles juraron lealtad y amistad a la nación de Arathor y a la línea de sangre de su rey, Thoradin. El resultado de la alianza entre Arathor y Quel’Thalas fue en nacimiento de la nación de magos de Dalaran donde los humanos y los elfos estudiarían magia durante los años venideros.

La Segunda Guerra (Warcraft II)

Los aislacionistas elfos no prestaron mucha atención a los sucesos de la Segunda Guerra. Sin embargo, proporcionaron apoyo a la Alianza de Lordaeron, ya que el último descendiente del Rey Thoradin, Lord Anduin Lothar, dirigía las fuerzas militares de la Alianza. Los elfos nobles no habían olvidado su juramento.

Entonces la Horda reclutó a trols Amani para sus filas. Poco después, la Horda quemó las tierras fronterizas de Quel’Thalas y masacró a muchos civiles elfos nobles. Furiosos ante esta destrucción de la vida, los elfos dedicaron todos sus recursos a la guerra.

Para cuando se consiguió rechazar a la Horda, los orcos y los trols ya habían logrado su verdadero objetivo: robar y profanar muchas de las Runestones del escudo defensivo elfo. El brujo Gul'dan utilizó las piedras robadas para crear su malvado Altar de la Tempestad.

Pero a pesar de esto, la Alianza ganó la Segunda Guerra y la mayor parte de los orcos derrotados fueron enviados a campos de internamiento. Tras la guerra, el coste de la reconstrucción fue significativo, sobre todo cuando se le añadía el de mantener los campos de internamiento. Sin un enemigo común, las naciones humanas empezaron a discutir por territorios. Para empeorar las cosas, los elfos nobles se separaron abruptamente de la Alianza, culpando al pobre liderazgo humano de los bosques quemados de Quel'Thalas. Los elfos nobles se fueron distanciando más y más de sus aliados humanos y enanos.

La Tercera Guerra (Warcraft III)

Durante la Tercera Guerra, el malvado príncipe Arthas Menethil arrasó Quel'Thalas, exterminando a casi toda su población y reduciendo grandes extensiones del poderoso reino a cenizas en su búsqueda de la Fuente del Sol. Pero no todos los que cayeron ante Arthas permanecieron muertos: su valiente archienemiga, la General Especialista Silvanas Brisaveloz fue alzada como no-muerta para servir al despiadado príncipe como una poderosa y atormentada alma en pena.

Cuando los ejércitos no-muertos se acercaron a la Fuente del Sol, un elfo noble llamado Dar'Khan Drathir (que esperaba ganarse el favor del Rey Exánime) ayudó a Arthas, bajando los escudos que rodeaban la Fuente del Sol. Su traición dio lugar a una explosión que lo dejó inconsciente y dispersó la mayor parte de las energías de la Fuente del Sol.

El mago Borel (también conocido como Krasus y el dragón Korialstrasz) sintió cómo se liberaba la energía mística y tuvo éxito al atrapar una parte de ella dentro de un avatar que se hacía pasar por una joven humana, Anveena. Ignorando la hazaña de Borel, Arthas usó las energías restantes de la Fuente del Sol para reanimar el espíritu de Kel’Thuzad en la forma de un exánime de pesadilla.

Como resultado de la batalla, el rey Anasterian yacía muerto junto a los miembros de la Asamblea de Lunargenta, el cuerpo gobernante de los elfos nobles. Lor’theman Teron, segundo al mando de Sylvanas Brisaveloz, asumió el liderazgo de los elfos nobles temporalmente, en nombre del verdadero heredero del trono, el Príncipe Kael’Thas Sunstrider que todavía estaba en Dalaran. Los pocos elfos nobles que sobrevivieron a la invasión de la Peste pronto enfermaron y se volvieron apáticos.

Estaba claro que se habían vuelto adictos a las energías arcanas de la Fuente del Sol. Al estar siendo recargados constantemente de magia había cambiado su raza de forma fundamental. Ahora que la fuente de su magia había desaparecido, estaban conociendo los afilados colmillos del mono.

El levantamiento de los elfos de sangre
El Príncipe Kael’thas era el último de la línea real y un miembro del consejo gobernante de Dalaran, el Kirin Tor. Cuando la Fuente del Sol fue profanada, él se encontraba estudiando magia en Dalaran. Volvió para encontrarse su hogar natal en ruinas y a la mayor parte de su pueblo asesinado. Se percató que los elfos nobles que habían sobrevivido estaban sufriendo el mismo letargo que había aparecido por su pérdida de la magia. Decidido a salvar lo que pudiera, Kael’Thas reunió a los supervivientes y los llamó los sin’dorei, o
“elfos de sangre” en honor a los que habían caído ante la Plaga.

Sediento de venganza, el Príncipe Kael'thas y sus guerreros más sanos se unieron de inmediato a la campaña contra la Plaga en Lordaeron, mientras que Lor’themar y un explorador llamado Halduron Alasol se quedaron atrás para salvaguardar la tierra y buscar un remedio para su pueblo.

Cuando se unieron a las fuerzas de resistencia de la Alianza, Kael’Thas y su pueblo se encontraron con la sospecha y la hostilidad abierta, sobre todo por parte del Gran Mariscal humano Garithos. Garithos encomendaba misiones cada vez más difíciles a los elfos de sangre, hasta que Kael'Thas se vio obligado a aceptar la ayuda de Lady Vashj y sus nagas. Cuando Garithos descubrió que los elfos de sangre estaban trabajando con los nagas, supo que su desconfianza estaba bien fundada. Encarceló a los desventurados soldados elfos de sangre en las mazmorras de Dalaran y los sentenció a muerte.

Por suerte para Kael’thas, Lady Vashj llegó a tiempo para liberar a los prisioneros. Ella los condujo hasta el portal que Kel’Thuzad había abierto durante la Tercera Guerra para permitir la entrada de Archimonde en Azeroth. Kael’thas y sus guerreros siguieron a la naga a través del portal hasta el reino destrozado de Terrallende.
Allí, los elfos conocieron al único ser capaz de poner fin a su dolorosa hambre: el demonio renegado Illidan Tempestiva.

La mayor parte del grupo de Kael’thas prefirió quedarse en Terrallende, pero Rommath fue enviado de vuelta para llevar un mensaje de esperanza a los elfos de sangre que quedaban en Quel’thalas. Rommath cumplió su misión: relatando historias de una gloriosa tierra prometida, difundiendo las enseñanzas de Illidan (enseñanzas que Rommath atribuyó al Príncipe Kael’thas) y sembrando la idea de que Kael’thas podría volver algún día para llevar a su gente al paraíso.
Rommath lleva desde entonces en Quel’Thalas ayudando en su reconstrucción y esperando el retorno del príncipe.

Reconstrucción

Meses después, Dar'khan, el traidor (ahora un poderoso agente de la Plaga) volvió a Quel'Thalas. Allí luchó contra el avatar de la Fuente del Sol, Anveena y un grupo de héroes ayudados por dragones azules. A pesar de la magia que poseía, Dar'Khan fue finalmente destruido. Bajo la atenta protección de Lor'themar y Halduron, Anveena ha decidido quedarse en la ciudad en ruinas y comenzar el proceso de renovación.

Solo un puñado de personas saben que Anveena es el mismísimo avatar del poder de la Fuente del Sol. Lor’themar y su gente mantienen este secreto muy bien guardado.

Mientras tanto, Rommath y la nueva orden de elfos magi han hecho grandes progresos en enseñar a sus congéneres a manipular energías arcanas. Pronto las torres de Lunargente se volvieron a alzar hacia el cielo, impulsadas por magia volátil. Los elfos de sangre han llegado incluso a retomar partes del bosque Eversong. Envalentonados por la promesa del retorno de Kael’thas, el desanimado pueblo del príncipe ahora se centra en recuperar su fuerza y forjar un nuevo camino hacia un futuro incierto.

Jerarquía:

Príncipe Kael’thas Sunstrider
Gobernante de los elfos de sangre, en la actualidad reside en Terrallende.

Lor’themar Theron
Regente de Quel’thalas, líder de los elfos de sangre de Azeroth en ausencia del príncipe.

Halduron Alasol

General Especialista de Lunargenta, el comandante militar de los elfos de sangre en Azeroth.

Gran Magíster Rommath
Líder de todos los elfos de sangre magi en Azerot, y servidor fieramente leal de Kael’thas.
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