Dedicado a Sweet - La competición por vivir.

Calor sofocante, sudor recorriendo su camino desde nuestras perladas frentes hasta el mentón para caer perezosamente hasta el suelo ardiente, músculos en tensión y ojos concentrados en los pequeños

resquicios del portón que nos bloquea el paso... el acceso a aquel lugar donde el tumulto y el griterío de la gente ansiosa de sangre claman por el espectáculo que se les promete.

Vuelvo de nuevo a ajustar mis guantes, a revisar mis bolsas ocultas llenas de partículas y otras sustancias útiles para la batalla, a jugar con el cierre de las fundas de mis armas, a dejar escapar un

suspiro de impaciencia, a echar un rápido vistazo a Sweet, que parece más tranquila y acostumbrada que yo a estas situaciones, -¿Como es posible que cada vez que tengamos que hacer esto sea yo la única que le cueste controlar sus nervios?-... a preguntarme otra vez por esa sensación que me devora por dentro... Sweet...

Intento escrutar su rostro para buscar la forma de contagiarme de esa calma y la observo de nuevo con detenimiento; ese pelo pelirrojo, suelto y ondulado que rodea con elegancia sus mejillas levemente

coloreadas por el calor, sus labios carnosos que se arrugan levemente bajo la presión de su mordisco en señal pícara, ese gesto de confianza y seguridad que parecía mostrar una costumbre a las situaciones
más hostiles... no comprendía como podía conservar la serenidad con tanta facilidad.

-¿Estás lista?- En verdad me lo preguntaba más a mi misma, pero deseaba escuchar su voz para relajarme-, no demos cuartel cielo, quienes salgan ahi fuera no lo mostrarán.

-¿Nervios otra vez antes del combate Shilv? -Me conocía mejor que yo misma-, vamos cariño, relájate un poco y disfruta, piensa que vamos a participar en un espectáculo en directo y con asientos de primera fila, ¡incluso veremos la sangre saltar!, ¿no te emociona ese pensamiento?.

-Sí... supongo que sí....-Sweet, la cándida e inocente Sweet, o mejor dicho, la despiadada y calculadora Sweet que aprovechaba con un estilo sin igual sus artes bajo una elegante máscara de ingenuidad y
dulzura... a veces dudaba de quién era la especialista en artes de la picaresca.

Un sonido metálico daba la señal del comienzo del enfrentamiento, abriendo las puertas de par en par y cegándonos momentáneamente por la luz incidiendo en nuestros ojos de golpe, pero aún así, Sweet golpeó el trasero de su montura y salió decidida al exterior buscando a nuestros oponentes. Por mi parte, aproveché unas sombras cercanas y me refugié en su facultad para ocultarme a los ojos curiosos, el sigilo
era la parte que más gustaba de usar.

-Veo un fornido humano ataviado con una enorme armadura pesada y empuñando una maza muy grande, a su lado se encuentra otro humano que cubre parte de su cuerpo con un escudo redondo y sujeta con su mano diestra un mazo brillante, ¡que emoción, esto va a ser muy divertido!.

Dejé escapar un suspiro, maldita sea, como puede estar tan feliz cuando la muerte puede alcanzarnos en un momento u otro.

-¡Déjame juguetear con el de la maza, tiene pinta de ser muy simpático!, me gustará ver como corretea asustado como una niña jijiji.

Estaba acostumbrada a su comportamiento indiferente ante el peligro, así que me esforcé en calcular la distancia entre el caballero y yo, reptando casi entre las sombras para acercarme sin ser vista,

esperando el momento adecuado para... -¡Ahora!-...como fruto de mis entrenamientos, realicé un salto en el espacio que me posicionó casi como por arte de magia detrás del humano que se refugiaba en su redonda defensa mientras contemplaba los gritos de dolor de su compañero que estaba siendo sacudido por las habilidades de Sweet. No desaproveché su distracción, saqué mi cadena de pinchos envenenados y rodee su cuello con ella a modo de horca, obligandole a soltar un grito de agonía al darse cuenta de mi letal presencia.

Entonces comenzó el baile que me permitió dejarme llevar y concentrarme en el disfrute de hacer sangrar a mi enemigo, una ágil finta por aquí, un desvío de su ataque por allá, una ojeada rápida para volver a contemplar a Sweet fustigando al miserable humano y provocándole un intenso sufrimiento, como sonreía poseída por la sed de sangre.

-¡Sweet, cuidado, no bajes la guardia!- Horrorizada observé como el guerrero le asestaba un potente golpe contra su hombro, lanzándola a una considerable distancia y haciendo que chocase de forma violenta contra el muro cercano, escuchándose un crujido sordo. No quise perder ni un segundo, eché mano a una de mis bolsas escondidas y lancé a mi oponente personal un manotazo lleno de arena mezclada con pimienta a sus ojos, provocando que, al empezar a sentir el escozor, comenzara a lanzar golpes al aire intentando defenderse de mofo fútil. Podría ser un momento idóneo para rematarlo, pero el tiempo empleado sería la perdición para Sweet.

Me lancé a la carrera en pos de llegar al guerrero antes que consiguiera rematar a Sweet, no iba a permitir que le hicieran daño y por ello emplee de cada resquicio de mi fuerza para llegar hasta él... empezó a alzar la maza sobre su cabeza, unos pocos metros más, empezó a bajar con gran fuerza y ya temía el trágico desenlace con una profunda frustación... cuando de repente la contundente arma pareció resbalar sobre una superficie brillante, ¡Sweet había podido conseguir invocar un escudo sagrado para defenderse!. Esto revivió mis fuerzas y sin dudarlo un momento más salté haciendo uso de todas mis energias para lanzarme con los pies por delante y golpear con gran furia los riñones del guerrero, el cual soltó un aullido de dolor al recibir el impacto.

Aún a mi pesar, el guerrero lanzó un giro sobre si mismo y me apartó con violencia haciendo uso de su codo, haciendo saltar de mi boca un escupitajo de sangre. A duras penas pude esquivar su siguiente asalto dirigido a mis piernas, haciéndome que trastabillara y cayera al suelo postrada, al menos mi compañera se salvaría... y ví al humano empezar a correr como poseído por el demonio. Tras él, una recuperada Sweet volvía a coger aire tras lanzar su aullido de terror y me sonreía indiferente a lo sucedido.

-¡Vaya, por poco!, menos mal que estos humanos son tan hábiles como inteligentes y se distrajo contigo. Creo que será mejor que nos pongamos serias de una vez, ya me empiezan a aburrir.

Volví a hacer uso de las sombras y cambié mi estrategia, esta vez quería probar a jugarmela a una carta y apuñalar con todas mis fuerzas al guerrero, así que con un gesto le indiqué a Sweet que intentara distraer de alguna forma al paladín que se frotaba los ojos, aún escocido por mi pequeño truco sucio. Sweet empezó a murmurar algo para sí misma, supongo que implorando el poder sagrado y con un gesto repentino señaló al humano caballero que se quedó quieto como afectado por un pasmo y con los ojos en blanco.

-¡Eres mio humanito!, ahora... ¡voy a jugar contigo como con una muñeca!.

Con una sonrisa de satisfacción, contemplé como el ahora controlado humano, giraba sobre sus pasos y empezaba a golpear con frenesí al guerrero, confundido por la situación y que deseaba evitar dañar a su compañero... pero yo no quise ser tan cuidadosa. Me armé con mi daga y con un grito desgarrado aparecí en su espalda y poniendo todo por mi parte para intentar atravesar la dura coraza que me separaba de su carne.

Que agradable sensación al sentir la cálida sangre recorrer mi mano, como inundaba el charco que ahora se formaba a sus pies mientras de modo inútil intentaba desembarazarse de su amigo que le golpeaba sin piedad en la cara con su maza refulgente, sentí como su vida se apagaba y sin desaprovechar la ocasión corté el aire... y su garganta que se encontró en el recorrido de mi hoja justo en el momento que Sweet liberaba la mente del aterrorizado humano que no tuvo tiempo de esquivar mi ataque.

En un abrir y cerrar de ojos, todo había terminado y el público se alzaba gritando furiosa por nuestra victoria, deseando más sangre que derramar y más sufrimiento a mostrar... otro combate habíamos podido superar y retornábamos a nuestros quehaceres diarios... de nuevo el miedo me asaltaba por si la próxima vez no tendríamos tanta suerte y Sweet se limpiaba los restos de sangre con el rostro inundado de satisfacción por una nueva victoria.

-¡Que bien me lo he pasado cariño, espero que lo repitamos de nuevo pronto!.

-Sí... fue divertido sí... (Suspiro).


Se lo dedico a Sweet que, tal como prometí, ¡le debía una historieta por aguantar mis movidas de cabeza diarias! ¡un besote muy grande cielo!