Kål'Ay

Iba a postear solo el ultimo capítulo, pero no sabia lo que llevo posteao y lo que no, y asi queda todo junto.

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CAPITULO UNO
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-Vamos, Kal!! corre!! corre!!-
-Ya voy, joded! y calla, que mi vieho te va a oid! - respondí por lo bajo
-vamos, vamos!- me metió prisa Trekul.
Conseguí saltar la valla y echar a correr, cargado con la mochila con los viveres y provisiones para el camino, que habíamos acordado guardar en mi casa.
Trek llevaría las armas (no tengo ni idea de donde pensaba sacarlas), y mi primo Zuk nos esperaba con su murciélago Quironte en Taurajo, reuniendo el equipo de supervivencia.
-Esto va a ser genial!! - El joven orco casi caminaba a saltitos. Efectivamente, había conseguido armas: un par de espadas para si, un arco de tejo para mi primo,
y, por increible que arezca, incluso me había conseguido un hacha a dos manos.
-A ved, tdae eso aqui- le dije, tendiendo la mano hacia el hacha -quiedo probadla antez de que la necezitemoz-
-toooma- murmuro soltando las guardas de la sujección de espalda, mientras se quitaba el arco del hombro y lo dejaba en el suelo - hale, aqui tienes!. me tendio el arma y las sujecciones.
Dejé la mochila en el suelo, junto al camino, y me salí a los matojos secos del borde del camino para practicar un poco con el hacha. Era pesada, pero nada que no pudiera manejar...un rato.
Iba a tener que practicar mucho para poder mover aquel mastodonte de bronce con agilidad.
-Hey, Kal, no se te da mal- comentó Trek -mejor que a ese capullo de Ragast- escupío el nombre
-TODO ze me da mejod que a Dagazt- reí - ezzepto pavoneadme!-
-Bueno, pavonearte tampoco lo haces nada mal!- me soltó Trek, poniendose a cubierto del puñetazo que le tiré al hombro -Vamos, vamos, no me pegues a mi, dale a ese capullo que te quitó la novia!
-Deela no ez mi novia...aun- murmuré la ultima palabra, de repente sin ganas de reirme
-Hey, tio, tranqui- Trek parecía arrepentido - estamos yendo, no? Zuk nos espera en Taurajo, y el sabe de estas cosas, recuerda que se fue el solo hasta tirisfal-
-Zi, zi, noz lo ha contado mil vecez- rei - como zi con ved a Quidonte no baztada pada zabedlo!-
-Bueno, pues vamos con el, y antes llegaremos- me pasó el brazo por los hombros, estirándose bastante, dado lo alto que soy y lo bajo que era el, diferencias de raza aparte.

-Chicoz! aqui!- llamó Zuk
-Hola pdimo, que haz conzeguido? Hola, Quidonte! Quieeeto, no me lamaz la cada!
-Eso, eso, Kal tiene víveres para una semana por si acaso, y yo he conseguido armas...-
-Hey! Vaya adco! Tdae aqui! Bueno, puez he conzeguido yezca, pedednal, unaz cuantaz faltdiquedaz pada lo que encontdemoz pod el camino...-explicó mientras sacaba las cosas -oh, y tdez pieddaz de hogad a Taudaho, pod zi noz peddemoz pod el camino poded volved facilmente a caza.
-Bueno, puez ahoda que eztamoz todoz, VAAAMONOZ!- Exclamé, y con eso partimos hacia Mulgore.
Todos dormíamos, tumbados sobre esteras y envueltos en las raídas capas de viaje que nos había conseguido Zuk (ni se nos ocurrió montar guardia), cuando Quironte se despertó con un gañido, despertandonos a todos.
Estabamos rodeados de lobos.
-Por loz loa!- Blasfemé mientras me levantaba de un salto y cogia mi hacha.
Trek corrió hacia sus espadas, que había dejado demasiado lejos, perseguido en el acto por un lobo, pero la buena puntería con el arco de Zuk le prmitio coger sus armas, mientras que el lobo gañia de dolor, con una flecha clavada en el hombro.
-Ataca, Quidonte!- Gritó mi primo mientras disparaba flecha tras flecha. Yo alzaba y dejaba caer mi hacha una vez tras otra ante los lobos que amagaban y retrocedían, apenas notando su peso por el miedo.
Trek saltaba hacia los lobos, esquivando y arremeteiendo sin parar. Quironte atacaba a los lobos, rasguñandoles las cabezas con sus garras o mordiéndo todo lo que quedara a su alcance, fuera oreja, cola o pata.
-Aaagrh!- gritó Trek
-Eztaz bien?- grité desesperado
-Si, solo ha sido un rasguño!-
-Au! duele! Ezte cabdón me ha moddido el bdazo!- ese era Zuk
Pague mi distracción con un arañazo en el cuello del lobo mas cercano. Era una locura, no había un segundo de descanso.
Para cuando la manada se retiró, había media docena de cadáveres, y otros cuatro o cinco lobos agonizando con diversas heridas.
-Bueno- dijo Trek entre jadeos- a alguien...le apetece...desayunar?
-Chicoz? Ez ezo lo que cdeo que ez?- dije mientras me quedaba inmóvil.
-oh-oh- murmuró Trek mientras se quedaba el inmóvil a su vez
-Que paza? Ah, oz defedíz al ozo? Zé que eztá ahi dezde hace dato. Ez una hembda, dehad en paz a zuz cachoddoz y no oz hadá nada- Dijo mi primo
-Ezto...eztaz zegudo? Podque viene hacia aqui...
-MIEDDA!
-Bueno! Eso debe ser Cima del Trueno!- Exclamó Trek señalando con un amplio gesto de su brazo a la afilada espira montañosa plagada de cabañas y puentes de madera.
-Zi, tiene toda la pinta...-
-Y a que ezpedamoz? Vamoz allá!- eché a correr hacia el ascensor- El ultimo ez la hedaminita pequeña de Dagazt!!!
El posadero nos observó con detenimiento, tres jóvenes repletos de arañazos y suciedad, con ramitas en el pelo, hojas en la capa harapienta y todavía con caras de niños ansiosos.
-Seguro que sois adultos? a mi me parece mas bien que os habéis fugado de casa para ver el concierto de mañana- dijo, sonriendo ante nuestras caras de sorpresa -que, he dado en el clavo?-
-Eeeh...zi, pedo...noz dadá una habitación?- Le pregunté como un corderito
-Claro que si, hombre!- exclamo entre carcajadas- si rechazara a los críos fugados, tendría la posada vacia y no casi llena, y el concierto de mañana sería un lugar ciertamente solitario! Anda, seguidme, os llevaré a vuestra habitacion.
-Vamos! no has venido a eso precisamente?-
-Venga? O vaz a dejad que ze quede con eze...con Dagazt?
-Vale, vale, ya voy! No me deiz el coñazo!
Respiré hondo varias veces, me dirigí hacia la otra punta del salón principal de la posada, y le di unas palmaditas en el hombro a la hermosa muchacha trol.
-Zi?- dijo Deela dandose la vuelta -Kal! Que hacez aqui?-
-Te dihe que Dagazt no eda el unico que iba a venid- contesté con cierta suficiencia.
-Pedo, como haz venido? tu padde no tiene un caddo, no tienez daptod, y ezta zemana no venía ninguna cadavana!
-Yo no dependo de mi padde como Dagazt...he venido a pie.
-A pie?!- casi grito Deela, con lo que no pude evitar sonreir de oreja a oreja -pedo, ezo ez muy peligdozo! hay animalez zalvahez, azaltantez...-
-Bueno, no me azaltó nadie, pedo dezde luego loz loboz y loz ozoz ze puziedon cadiñozoz...- dije, cruzando loz brazos como si tal cosa para que viera bien las cicatrices en ellos...a veces curarse rápido es una faena
-Oh! loa, que te han hecho?- dijo, pasandome la mano por las cicatrices del brazo derecho -Edez incdeíble, Kal'ai...-
Estaba tan henchido de orgullo que casi se me rompía la camisa...hasta que oí las risitas ahogadas de mis colegas a mi espalda.
-Oye, eztabaz ezpedando a alguien?-
-Bueno, zi, iba a id con Dagazt a ved la ciudad...-murmuró -no, eztoy zola!- me sonrió
-Vamoz a dad un pazeo?- le pregunté, cruzando los dedos a la espalda
Salimos de la posada seguidos por un coro de silbidos y gritos de ánimo de los capu...de mis colegas.
El concierto de los Tauren Chieftain fue con diferencia el mejor momento de mi adolescencia; "derroté" a mi enemigo personal, Ragast, corrí aventuras emocionantes y estimulantes con mis amigos, conseguí a la chica de mis sueños, y todo gracias al hecho de salir por ahi de aventuras.
Ese Fue el dia que decicdí que sería un aventurero.

CAPITULO DOS
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-No, padre!- estallé -el pueblo tiene bastantes guardias!-
-Jadya, por los Loa, habla con tu hijo, que a mi esta claro que no me escucha!-
-Pero que pasa ahora? Por que discutís esta vez?- preguntó mi madre entrando por la puerta
-Aqui tu hijo pretende irse de casa! Quiere ser un aventurero mundialmente reconocido, un héroe!- clamó a los cielos mi padre -Pero tu te das cuenta de los poco héroes que hay? por que piensas que es? Pues porque todos los demas que lo intentaron están muertos o sin soldados!-
-Pero...si quieres ser guerrero y proteger a los débiles...por que no te haces guardia de la ciudad?-
-Eso le he dicho yo! Pero parece que lo considera indigno de el!-
-Padre, hace un año que llegué a la madurez....no puedes obligarme a nada!- empecé murmurando y acabé por gritar -Voy a alistarme a las tropas de la horda, y a ser el mejor de todos! Seré jefe de guerra antes de un año!-
-Pero hijo, ten un poco de cabeza, estas cosas no son tan fáciles...- dijo mi madre -empieza por abajo, algo facil, y cuando tengas mas experiencia, ya podrás intentar meterte en asuntos mas serios...-
-Me voy a la cama- la corté, yendome a mi cuarto -mañana nos veremos-

-En serio me tienes por tan tonto? Pensabas que no me iba a imaginar esto?-
-Padre, yo...- No tenía ni idea de como iba a acabar la frase, estaba en la puerta de casa, con mi mochila y mi raída capa, cargado con todos los pertrechos que me había dado tiempo a recoger, y por supuesto, con mi vieja y oxidada hacha de bronce.
-Zuk te va a echar una mano, no?-
-Yo, eh...- No quería meter a mi primo mayor en un problema, el llevaba tiempo como soldado de frtuna por ahi, y me iba a acompañar a ver a varios de sus contactos a ver donde me podía colocar.
-Tranquilo, no te vas a meter en un lio ni tu ni tu primo. Solo quiero saber que vas a estar medianamente seguro. Escríbenos, vale? a tu madre le dará un soponcio si no...que diablos, le va a dar un soponcio igual...-
-Si, me voy con Zuk. Me va a presentar a gente, conseguirme contratos...Pretendo hacerme soldado, combatir en las fronteras, esas cosas. Iré donde esté la acción.-
-En serio sería tan doloroso quedarte en el pueblo?-
-Me he de ir, padre. Estas en la puerta.-
-Tranquilo, tranquilo...No pretendo detenerte. Yo tambien me fui de casa, despues de todo.- dudó un momento -Vuelve algun dia, por favor.-
-Sabréis de mi- dije como despedida-

-Tu sabes donde te estás metiendo?- Me preguntó Zuk como por sexta vez
-Me tienes la cabeza loca. No está claro ya que pienso irme? Quiero irme a vivir un poco! es tan raro eso?-
-Vale, vale...es solo que esta vida es dura, tio, y no se yo si pudiendo elegir, sería inteligente hacerlo...pero yo hice lo mismo que tu, en unos años me dices que tal...-
-CHICOS!!-
-Quien demonios?- murmuré mientras me daba la vuelta -TDEK! Que hacez tu aqui?- pregunté volviendo al idioma orco -pedo...que ez todo ezo que llevaz?-
El orco llevaba una mochila enorme, llena de trastos a juzgar por el ruido, sus dos espadas, que claramente había cuidado desde nuestra escapada, pues estaban relucientes.
-Que nadicez? A donde vaz?-
-Me voy con vosotros! o pensabais largaros por ahi sin mi? A donde vamos ahora?-
-...ze lo explicaz tu- se rió Zuk
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Uk'Alay Desplegó el trozo de pergamino manchado, y lleno de apretada escritura aprovechando hasta el ultimo centímetro. Lo trataba casi con reverencia, temiendo romperlo.
A su lado, Jadya miraba aprensiva a su esposo. Ambos empezaron a leer juntos la carta que había traido el orco, junto con las de varios jovenes mas que luchaban en las fronteras.

Llevamos dos meses luchando en Arathi. Esto es un horror...alternamos las mas sangrientas batallas con un aburrimiento mortal.
No entiendo que tiene de especial este sitio, o por que lo desean los elfos...pero entiendo que la horda lo quiere tambien, asi que luchamos.
Zuk decidió irse a buscar otras zonas hace ya casi una semana. Trek sigue a mi lado, aunque ví como dudaba. El esperaba grandes aventuras muy rápido, como yo. Pero el no sabe perseverar.
Tampoco yo. Creo que aqui ya he conseguido todo lo que podía. Experiencia. Reputación. Equipo. Creo que la semana que viene me iré yo tambien.
Me gustaría saber como estáis, que es de el pequeño Jada'lay (debe ser ya un hombrecito). Pero no tengo una dirección a la que podais mandarme noticias.
Podéis probar a mandarlas a las tropas de apoyo en la capilla de la luz. Tengo entendido que necesitan ayuda con la plaga, así que probablemente iremos allí.
Os quiere
Kal'anay
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CAPITULO TRES
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-Perdona, eres Kal'anay?-
Miré a mi alrededor rápidamente. Había oido claramente como un troll me llamaba, pero no había nadie. Solo un par de murciélagos, y el bosque muerto.
-Oh, claro, perdona, la costumbre...estoy aqui!-
Un joven troll, de unos 25, colgaba cabeza abajo de una rama de un arbol muerto.
-Eres Kal'anay?- Su expresion, un tanto juguetona, se volvió extrañamente seria al pronunciar el nombre.
-Quien lo pregunta?- pregunté con aire fingidamente ofendido.
-Perdona mi rudeza...- El troll dió un leve salto y, con una pirueta, aterrizó en el suelo de pinaza sin apenas producir ruido -Pero esque llevo mucho tiempo de "cacería". Mi nombre es Jada'Lay A'Yatai, Pícaro de la Mano Destrozada, Pretor de Recios...Y tu hermano menor- Terminó con una sonrisa.
-Jada'Lay?-
Mis reflejos son rápidos, pero apenas capté el moviemiento cuando se abalanzó sobre mi...y me dio un abrazo de oso. Se separó rápidamente, con una mueca de dolor...mi armadura no está pensada para abrazos.
-Eres tu! Tienes que ser tu!- El pícaro casi saltaba en el sitio de alegría.
-Hace mucho tiempo que no uso ese nombre...- Murmuré mientras me sentaba en una roca.- Ahora me llamo Kål'Ay
Jada'lay? El pequeño Jada'Lay? Como era posible? Como me había encontrado?
-Estas...estas bien?-
-Si, es solo que...Jada? el pequeño Jada? maldita sea, la ultima vez que te vi, apenas levantabas dos palmos del suelo!-
El pícaro estalló en carcajadas - Si, lo se...apenas te recuerdo como una figura borrosa de mi infancia...Es una suerte que ambos nos parezcamos tanto a Padre-
Tragué saliva. -Padre?-
El pícaro se acuclilló frente a mi.
-PAdre y Madre están bien. Me marché de casa, a conocer mundo. Como tú- comentó con una sonrisa torcida que revelaba enormemente sus colmillos -Y al encontrarme con algunos Partecráneos en Tuercespina, volví a casa-
-Partecráneos? Vaya, tu tambien ataste cabos...-
-Si. Asi que padre me contó toda la historia...incluido tu.-
-No...no sabias nada?-
-Pensaron que sería mejor no hacerme sufrir. Aun conservan algo de esperanza, pero...en el dia a dia...te dan por muerto.-
Suspiré
-Jada...yo...Estoy muerto.-
-Lo sé-
Le miré a los ojos por primera vez. Me sorprendió no ver sorpresa, odio, miedo o lástima en ellos.
-Como...?-
-Como se lo que te pasó? Ay, hermanito...hace un par de años que te sigo la pista! Tu paso por la Garganta Grito de Guerra. Tu paso, muy breve, por Arathi. Tu Viaje a las tierras de la peste. El tiempo que pasaste como guardia y jinete de murciélago en Thrallmar. Ahi te perdí la pista, hasta que una muchacha me supo decir de ti.-
-Una muchacha?-
-Si. Imagino que tu la conociste cuando era poco mas que una niña. No se si te acuerdas, pero le salvaste la vida. Te idolatra, y aun espera verte volver...de Rasganorte-
-Oh-
-Si-
Recuerdos súbitos. Una niña troll, una mujercita, gritando mientras huye hacia la caravana a las puertas de Thrallmar. Un ser del abismo que la persigue. Enormes alas de cuero. Garras afiladas. Una cara que ni un madre podría amar. Hago descender en picado a mi murciélago, Quironte II, y salto sobre el ser. Desenfundo mi hacha de acero vil mientras caigo, y la hundo en la espalda correosa. LA criatura brama y se revuelve, asestándome un golpe en el costado de la cabeza. Dolor mientras doy volteretas por el suelo. Veo a la niña llegar a la ciudad, los magos elfos apresurándose hacia nosotros. Nadie me quitará mi gloria! Salto en pie, hacha en ristre, preparado para destruir al demonio. Pero no veo al demonio. Solo elfos gritando, y un par de orcos horrorizados mientras corren con las armas preparadas. Luego, veo una mano frente a mi. Una enorme mano roja. Siguiendo su muñeca, mi mirada se encuentra con mi vientre. ME toma unos segundos darme cuenta de que me han atravesado el torso de un puñetazo. Recuerdo caer. Recuerdo el dolor, angustioso dolor. Veo la cara de la muchachita mientras todo se vuelve negro. Entonces la oigo. Una voz grave. Fuerte.
...
...
...
...
-Kal'Anay
...
...
...
...
-Kal'Anay
...
...
...
...
-Kal'Anay. Despierta.
Abro los ojos. Estoy mirando al cielo nocturno.
-Kal'anay, has muerto. Yo puedo devolverte a la vida.
-Quien eres?
-En otra vida me conocieron como Arthas
-EL REY EXÁNIME?!
-El mismo
-Oh, Loa, que quieres de mi?- intento taparme los ojos con las manos, pero no puedo moverme.
-Eres fuerte, Kal. Valiente. Eres lo que necesito
-Me necesitas? para que?
-Mis ejércitos necesitan oficiales. Necesito caballeros de la muerte.
-Caballero de la muerte?
-Si
-Volveré a la vida?
-Si
-Me darás poderes?
-Si. Y si, alcanzarás la gloria que mereces.
-...Donde hayque firmar?
Recuerdo levantarme del carromato, en el cementerio, al lado de la tumba a medio cavar. Recuerdo a la muchacha, con una flor solitaria en sus manos, congelada, mirándome con temor reverencial.
-Hola, pequeña. Siento despedirme asi, pero he de marchar-
-A donde vas- tartamudea la pequeña
-A Rasganorte-

-KAL! KAL! estas bien?-
-Si, perdona, hermanito...- jadeo -malos recuerdos...-
-Malos recuerdos? empezaste a pegar gritos, y de golpe te callaste y te pusiste amirar al norte! no podia ni moverte!-
-Jada...Ser un caballero de la muerte no es facil.-
Jada'Lay se calló de golpe.
-Lo sé...he...conocido a unos pocos. Me enteré de vuastra rebelión al Rey. Ahora sois aceptados en la horda, de donde nunca debisteis salir.-
-Aceptados? Tolerados, a lo sumo. Para que se nos acepte falta mucho.-
-Bueno, a los renegados los aceptamos..y esos en vida fueron humanos! No te puedes imaginar como llega a apestar alguno!...Oh, perdona...-
-Tranquilo, ya me he acostumbrado...-
-Asi que no sois aceptados en la horda, eh?-
Le miré a la cara -Que quieres decirme?-
-Te suena de algo el clan de los Recios?-
-Si, ya era famoso en mi tiempo...- ME callé poco a poco al ver el tabardo sobre el pecho de mi hermano- Eres un Recio?!-
Jada'Lay sonrió con su mueca de medio lado- Y no cualquier Recio... Vamos a la Capilla de la Luz...hay que coger un murciélago a entrañas...conozco a una Renegada con la que tienes que hablar-

Offrol/

Arf, Uf, terminé...Bueno, pues esto viene a ser la introducción de mi DK. ES una versión un poco resumida, claro...falta muuucho material por medio, pero eso es para rolearlo, no para aqui