Relato de un relato...
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Relato de un relato...
Buck se sentó junto a la hoguera en el interior de la amplia cueva, rodeado de jóvenes y no tan jóvenes taurens y taunkas. Su pueblo había sido arrasado y ahora eran refugiados de la Horda y aunque las provisiones les alimentaban y con sus armas se defendían, necesitaban de más ayuda.
Sonriendo, Buck cogió a dos pequeños; un taunka y un Tauren, y los sentó sobre sus piernas mientras tomaba aire, sabiendo que durante su relato, sería el centro de atención.
-Cuenta la leyenda, que existia un enorme tigre...una fiera capaz de cruzar el tupido bosque haciendo que los arboles lo guiaran a traves del mismísimo corazón, de que se inclinaran las montañas para hacerle una reverencia, de hacer correr al mas temible enemigo unicamente con su presencia...-
Cogiendo un trozo de madera quemado, comenzó a hacer burdos dibujos sobre la piedra; apenas siluetas. En el primero, la silueta y algún detalle de un gran tigre acechando entre árboles.
El tono rojizo del fuego al reflejarse en la pared, otorgaba un color anaranjado al dibujo; semejando la piel del animal cruzada por las líneas negras de color carbón
-Pero esa bestia un dia perdio sus sentidos, todos y cada uno de los cuales lo hacían colosal. Porque pensó ¿de qué servía ser colosal si una vez en la cima del mundo no había más lugar al que trepar?-
En un momento Buck pintó un nuevo dibujo del tigre, ahora con las orejas gachas y mirando hacia atrás.
-Entonces, dejó de ver la necesidad de ser colosal y fue a esconderse a un refugio apartado.
Perdió su rugido, pues ya no sentia el poder del viento en sus pulmones, se habia ido.
Perdió su fuerza, pues al no comer, su cuerpo y su alma se debilito rapidamente.
Perdió el orgullo, pues no sentia que cada paso era suyo por derecho...y que de los suyos, no le quedaban por dar.
La bestia descansó en el suelo, lamió sus heridas y soñó con ser el que antes era.-
Un nuevo dibujo; esta vez del tigre hecho un ovillo en el suelo.
Antes de proseguir, jugó un poco con una racha de viento helado, usando el ligero escalofrío que produjo en el cuerpo de los presentes para dar énfasis a su historia.
-Llegaba un invierno intenso, y el frio caló hasta lo mas hondo de su ser, inundaron sus ojos lágrimas pensando en qué hacer, pues tenia que seguir, que levantarse, tenía que hacerlo porque sino moriria. Pero si lo hacía, seguiría en la cima...sin poder subir más.
Una mañana, levantó la vista al horizonte, y recordó que cuando él caminaba, cuando él recorría su camino, lo hacia pensando en llegar al horizonte... Pero también recordó que no iba solo, que cuando rugia, lo hacia para proclamar que no habia nadie mas fiero que él, pero que también que estaba ahi para defender lo que más quería.-
Mientras proseguía, dibujó otros tigres; más pequeños que el primero
-Recordó que la fuerza no provenia de la nada, sino de su interior, del motor que lo guiaba.
En él latia un corazón...pero que ese corazón seguía latiendo aún en su escondrijo. El corazón lo impulsaba, pero realmente lo movían sus sentimientos. Coraje, pasión, tesón, ilusión y amor...por los demás.
Coraje para defender a los suyos. Pasión con la que luchar por ellos. Tesón para no rendirse ante la adversidad. Ilusión por ver a los suyos en paz. Amor por quienes sentían amor por él.
Cada latido resonó en su cerebro, cada sentimiento inundó su alma y juntos empujaron su cuerpo, activaron sus músculos.
Se incorporó y recordó a sus cachorros y a su compañera; casi indefensos en su ausencia, solitarios durante el invierno, quizá sin fuerzas para defenderse. Debia seguir, levantarse. En su interior lo llamaban:
"Estamos aqui, te esperamos, no te hemos olvidado. Sabes dónde estamos aunque ha caido nieve y nos ha cubierto de la vista. Ven, cruza las tierras, ahora ya no estas herido."
"Vuelve, hemos pasado frio, hambre y sed, te hemos echado de menos cada noche, hemos llorado con la luna por que volvieras pero tú mismo eras una barrera que no podiamos atravesar."
"Tú eres tu barrera. Tú has de destruírla por ti mismo. Y aunque te necesiemos, queremos que lo que decidas sea lo mejor para ti."
Dicen que la bestia se levantó y buscó lo que no recordaba, lo que había perdido, y a cambio olvidó el por qué se habia ido.-
Un nuevo dibujo...el tigre, en posición estirada, corriendo hacia los más pequeños
-Los buscó y volvió junto a ellos: su vida, su amor, su sangre, su ilusion y su futuro.
Olvidó que no valen las cimas que se alcanzan en soledad y aprendió que teniendo al lado una vida, un amor, una ilusión y un futuro; siempre queda cima a la que subir, por muy bajo que se haya caído.
Los cachorros y su compañera habian estado esperando, porque sabían que a veces hace falta pensar, hace falta aclarar el camino...y que aunque siempre se camine hacia adelante, siempre se puede volver; y ellos esperaban que volviera.
Ahora dicen que el tigre ha vuelto con ellos y que viaja por la selva vislumbrando siempre a lo lejos su esperanza. Dicen que huele sus sueños y persigue sus ilusiones, que son las de su familia y que juntos corren tras ellas.-
Esperó unos instantes; mientras terminaba el último dibujo, en el que la familia de tigres caminaba junta. No sabía si había expresado bien lo que quería decir...o si le iban a entender.
-Cuando se ponen o nos ponen barreras, duele siempre el intentar atravesarlas. Pero es más fácil si antes te retiras, aprendes, piensas en qué tenía valor, en buenos y malos momentos, en qué te mueve a atravesarlas...pues siempre puedes volver para intentarlo tras haber aprendido.
Y sobre todo, nunca deis nada por perdido, pues la ultima esperanza nunca tiene razón en el corazón.
...Solo se necesita voluntad y una oportunidad para seguir, encontrar las razones que te mueven y quizá oir llamar a quien te ama.-
Acariciando las pequeñas cabezas de las crías y bajándolas de sus piernas, miró a su alrededor.
-No está todo perdido, hermanos. Es el momento de, como el tigre con su barrera, romper cada uno y todos a la vez la nuestra de pesar y miedo y volver a luchar por lo que amamos. Él- señaló al dibujo del tigre -había caído; como nosotros...pero en vez de huir o dejarse morir, volvió con los suyos para defenderlos.-
Murmullos de aprobación y agradecimiento se movieron entre la gente. Algunos pequeños cogieron otros palos quemados e hicieron garabatos en el suelo; pero pronto fueron recogidos por sus padres. Era ya tarde y debían retirarse a descansar; sobre todo los pequeños. Poco a poco, Buck fue quedándose solo y ensimismado ante el fuego; hasta que una sombra lo sacó de su ensoñación.
-Un bonito relato. Sin duda les has dado esperanzas y ganas de seguir adelante, como has hecho con muchos entre los que me cuento. Esta noche pensarán mucho...y mañana harán más aún.-
La figura dio la espalda al tauren, mirando los dibujos mientras el color del fuego se reflejaba aumentado por la cascada de pelo rojo que caía sobre sus hombros.
-Si Thrall supiera de tus dotes, te pondría a dar arengas en Orgrimmar.- la voz era templada...muy conocida; y aunque primero hizo sonreír a Buck, después hizo tornar esa sonrisa en una mueca mezcla de incredulidad y preocupación
-¿Tú? ¿Qué hace paladín insensato aquí?-
Buck se levantó, volviéndose a la figura que quedó en penumbras al tapar el fuego el cuerpo del tauren
-Me colé en uno de los zepelines...quería ver cómo había cambiado esto desde la última vez que estuve...en otras circunstancias y quizá, si había suerte, verla a ella.-
El tauren suspiró profundamente.
-Pronto para estar tú aqui, enamorado. Debes largarte cuanto antes, Buck no puede ayudar aún aquí; tener tareas. Prométeme que lo harás y yo encontraré ella y daré tu mensaje. No anda lejos...por donde el Vuelo-
La figura dejó escapar también un suspiro en una gran cantidad de vaho
-Está bien...no discutiré contigo. Volveré a donde aún debo estar, pero asegúrate de que le llega esto. Lo dejé preparado...por si no la veía.-
Un papel enrollado cambió de manos.
-Siempre lo he hecho, ¿no?-
No hubo más respuesta que una pequeña ráfaga de aire frío.
-Acostumbrado a placas ya. Je; no pierde costumbres este...llega en silencio, se va en silencio.-
Avivando el fuego, Buck cogió un nuevo trozo de madera quemado y añadió un nuevo dibujo. Dos figuras humanoides juntas.
-Hay quien aún encontrado; sigue buscando.-
Pasando la mano por encima, emborronó ese último dibujo con la tristeza reflejada en sus ojos para después volverse a sentar, quedándose nuevamente ensimismado en el baile de las llamas.
Sonriendo, Buck cogió a dos pequeños; un taunka y un Tauren, y los sentó sobre sus piernas mientras tomaba aire, sabiendo que durante su relato, sería el centro de atención.
-Cuenta la leyenda, que existia un enorme tigre...una fiera capaz de cruzar el tupido bosque haciendo que los arboles lo guiaran a traves del mismísimo corazón, de que se inclinaran las montañas para hacerle una reverencia, de hacer correr al mas temible enemigo unicamente con su presencia...-
Cogiendo un trozo de madera quemado, comenzó a hacer burdos dibujos sobre la piedra; apenas siluetas. En el primero, la silueta y algún detalle de un gran tigre acechando entre árboles.
El tono rojizo del fuego al reflejarse en la pared, otorgaba un color anaranjado al dibujo; semejando la piel del animal cruzada por las líneas negras de color carbón
-Pero esa bestia un dia perdio sus sentidos, todos y cada uno de los cuales lo hacían colosal. Porque pensó ¿de qué servía ser colosal si una vez en la cima del mundo no había más lugar al que trepar?-
En un momento Buck pintó un nuevo dibujo del tigre, ahora con las orejas gachas y mirando hacia atrás.
-Entonces, dejó de ver la necesidad de ser colosal y fue a esconderse a un refugio apartado.
Perdió su rugido, pues ya no sentia el poder del viento en sus pulmones, se habia ido.
Perdió su fuerza, pues al no comer, su cuerpo y su alma se debilito rapidamente.
Perdió el orgullo, pues no sentia que cada paso era suyo por derecho...y que de los suyos, no le quedaban por dar.
La bestia descansó en el suelo, lamió sus heridas y soñó con ser el que antes era.-
Un nuevo dibujo; esta vez del tigre hecho un ovillo en el suelo.
Antes de proseguir, jugó un poco con una racha de viento helado, usando el ligero escalofrío que produjo en el cuerpo de los presentes para dar énfasis a su historia.
-Llegaba un invierno intenso, y el frio caló hasta lo mas hondo de su ser, inundaron sus ojos lágrimas pensando en qué hacer, pues tenia que seguir, que levantarse, tenía que hacerlo porque sino moriria. Pero si lo hacía, seguiría en la cima...sin poder subir más.
Una mañana, levantó la vista al horizonte, y recordó que cuando él caminaba, cuando él recorría su camino, lo hacia pensando en llegar al horizonte... Pero también recordó que no iba solo, que cuando rugia, lo hacia para proclamar que no habia nadie mas fiero que él, pero que también que estaba ahi para defender lo que más quería.-
Mientras proseguía, dibujó otros tigres; más pequeños que el primero
-Recordó que la fuerza no provenia de la nada, sino de su interior, del motor que lo guiaba.
En él latia un corazón...pero que ese corazón seguía latiendo aún en su escondrijo. El corazón lo impulsaba, pero realmente lo movían sus sentimientos. Coraje, pasión, tesón, ilusión y amor...por los demás.
Coraje para defender a los suyos. Pasión con la que luchar por ellos. Tesón para no rendirse ante la adversidad. Ilusión por ver a los suyos en paz. Amor por quienes sentían amor por él.
Cada latido resonó en su cerebro, cada sentimiento inundó su alma y juntos empujaron su cuerpo, activaron sus músculos.
Se incorporó y recordó a sus cachorros y a su compañera; casi indefensos en su ausencia, solitarios durante el invierno, quizá sin fuerzas para defenderse. Debia seguir, levantarse. En su interior lo llamaban:
"Estamos aqui, te esperamos, no te hemos olvidado. Sabes dónde estamos aunque ha caido nieve y nos ha cubierto de la vista. Ven, cruza las tierras, ahora ya no estas herido."
"Vuelve, hemos pasado frio, hambre y sed, te hemos echado de menos cada noche, hemos llorado con la luna por que volvieras pero tú mismo eras una barrera que no podiamos atravesar."
"Tú eres tu barrera. Tú has de destruírla por ti mismo. Y aunque te necesiemos, queremos que lo que decidas sea lo mejor para ti."
Dicen que la bestia se levantó y buscó lo que no recordaba, lo que había perdido, y a cambio olvidó el por qué se habia ido.-
Un nuevo dibujo...el tigre, en posición estirada, corriendo hacia los más pequeños
-Los buscó y volvió junto a ellos: su vida, su amor, su sangre, su ilusion y su futuro.
Olvidó que no valen las cimas que se alcanzan en soledad y aprendió que teniendo al lado una vida, un amor, una ilusión y un futuro; siempre queda cima a la que subir, por muy bajo que se haya caído.
Los cachorros y su compañera habian estado esperando, porque sabían que a veces hace falta pensar, hace falta aclarar el camino...y que aunque siempre se camine hacia adelante, siempre se puede volver; y ellos esperaban que volviera.
Ahora dicen que el tigre ha vuelto con ellos y que viaja por la selva vislumbrando siempre a lo lejos su esperanza. Dicen que huele sus sueños y persigue sus ilusiones, que son las de su familia y que juntos corren tras ellas.-
Esperó unos instantes; mientras terminaba el último dibujo, en el que la familia de tigres caminaba junta. No sabía si había expresado bien lo que quería decir...o si le iban a entender.
-Cuando se ponen o nos ponen barreras, duele siempre el intentar atravesarlas. Pero es más fácil si antes te retiras, aprendes, piensas en qué tenía valor, en buenos y malos momentos, en qué te mueve a atravesarlas...pues siempre puedes volver para intentarlo tras haber aprendido.
Y sobre todo, nunca deis nada por perdido, pues la ultima esperanza nunca tiene razón en el corazón.
...Solo se necesita voluntad y una oportunidad para seguir, encontrar las razones que te mueven y quizá oir llamar a quien te ama.-
Acariciando las pequeñas cabezas de las crías y bajándolas de sus piernas, miró a su alrededor.
-No está todo perdido, hermanos. Es el momento de, como el tigre con su barrera, romper cada uno y todos a la vez la nuestra de pesar y miedo y volver a luchar por lo que amamos. Él- señaló al dibujo del tigre -había caído; como nosotros...pero en vez de huir o dejarse morir, volvió con los suyos para defenderlos.-
Murmullos de aprobación y agradecimiento se movieron entre la gente. Algunos pequeños cogieron otros palos quemados e hicieron garabatos en el suelo; pero pronto fueron recogidos por sus padres. Era ya tarde y debían retirarse a descansar; sobre todo los pequeños. Poco a poco, Buck fue quedándose solo y ensimismado ante el fuego; hasta que una sombra lo sacó de su ensoñación.
-Un bonito relato. Sin duda les has dado esperanzas y ganas de seguir adelante, como has hecho con muchos entre los que me cuento. Esta noche pensarán mucho...y mañana harán más aún.-
La figura dio la espalda al tauren, mirando los dibujos mientras el color del fuego se reflejaba aumentado por la cascada de pelo rojo que caía sobre sus hombros.
-Si Thrall supiera de tus dotes, te pondría a dar arengas en Orgrimmar.- la voz era templada...muy conocida; y aunque primero hizo sonreír a Buck, después hizo tornar esa sonrisa en una mueca mezcla de incredulidad y preocupación
-¿Tú? ¿Qué hace paladín insensato aquí?-
Buck se levantó, volviéndose a la figura que quedó en penumbras al tapar el fuego el cuerpo del tauren
-Me colé en uno de los zepelines...quería ver cómo había cambiado esto desde la última vez que estuve...en otras circunstancias y quizá, si había suerte, verla a ella.-
El tauren suspiró profundamente.
-Pronto para estar tú aqui, enamorado. Debes largarte cuanto antes, Buck no puede ayudar aún aquí; tener tareas. Prométeme que lo harás y yo encontraré ella y daré tu mensaje. No anda lejos...por donde el Vuelo-
La figura dejó escapar también un suspiro en una gran cantidad de vaho
-Está bien...no discutiré contigo. Volveré a donde aún debo estar, pero asegúrate de que le llega esto. Lo dejé preparado...por si no la veía.-
Un papel enrollado cambió de manos.
-Siempre lo he hecho, ¿no?-
No hubo más respuesta que una pequeña ráfaga de aire frío.
-Acostumbrado a placas ya. Je; no pierde costumbres este...llega en silencio, se va en silencio.-
Avivando el fuego, Buck cogió un nuevo trozo de madera quemado y añadió un nuevo dibujo. Dos figuras humanoides juntas.
-Hay quien aún encontrado; sigue buscando.-
Pasando la mano por encima, emborronó ese último dibujo con la tristeza reflejada en sus ojos para después volverse a sentar, quedándose nuevamente ensimismado en el baile de las llamas.
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