Paseemos, que hay dragones...

Vamos a probar con algo...

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Cuando los convocados desaparecieron, cada uno por donde habían venido, Erunámo cruzó los brazos en un gesto pesimista.

- Quizá pueda convencer a algún miembro del clan para estableceruna ruta de vigilancia a las afueras, Caithe.
- Será bueno que así sea, por el bien de Tyria. Al menos por el momento, si Thackeray y Rytlock son incapaces de colaborar.

Los nombres de los Recios que conocía pasaron con velocidad por su cabeza. No podía centrarse en ninguno: apenas conocía a Dorian y al tal Urrotot. O Turrorot. Urtotó.

Caithe levantó una de sus verdes cejas mirando a Erunámo.

- ¿Estás aquí?
- ¿Eh? ¿Qué?- preguntó él volviendo de la tierra de los sueños...- Sí... sí. Estaba tratando de acordarme del nombre del norn enorme de la cara pintada.
- El Lobopálido. sí, tiene un nombre algo impronunciable.

Erunámo sonrió. Pensó que incluso para un charr sería difícil de pronunciar.

- Creo que hasta un charr se las vería para leer ese "Urtoroth" en un papel- musitó Caithe distraída.

Aquello sorprendió al guerrero. ¿Una prueba de la conexión entre los sylvari? ¿O quizá había sido una coincidencia?

- De cualquier modo, los Destine, Rocanegra, el Lobopálido, no sé... no los conozco a todos- admitió ella-. Son tus compañeros. Si sois capaces de mantener la capital de Logan resguardada durante un tiempo puede que vea con mejores ojos una colaboración con Rytlock. Sois un grupo bastante pintoresco.
- Es cierto- afirmó-, creo que en nuestros números tenemos de todo. Agrupamos un conjunto de escoria racial bastante curioso.
- Con los tiempos que corren, hemos de tomar eso como una gran ventaja, Námo- concilió Caithe-. Ahora ve y trata de llevar mi mensaje a Recios. Será un gran favor por vuestra parte para nosotros.

Lo primero que delató su presencia fue el antinatural olor a polvora, lo siguiente fué el resplandor dorado que emitía desde las sombras el Sylvari.
Erunamo reconoció la familiar sensación de intranquilidad que causaban los colores de su compañero. Al amarillo de peligro le siguieron los tonos sanguineos y las espinas que coronaban esa imagen de planta venenosa.

- Ren?, que haces aqui?
- Me habeis llamado, no?, Caithe y tu. - el explorador se encontraba visiblemente contrariado.

El sueño de nuevo?, el arbol palido?

- Donde hay que ir?
- Por ahora a avisar a los Recios.
- Entiendo. Se lo diré a mis compañeros. A traves de Kamuii y Mefata todo irá mas rapido.

Seguia siendo llamativo ver la familiaridad con la que su hermano Sylvari se relacionaba con los humanos y toda esa tecnologia no-natural, pero era tremendamente util en casos como este.

- Gracias Ren.
- A mandar Namo. - y de la misma forma que habia aparecido el sylvari sanguineo desaparecio en las sombras.


Venga, retazos de personajes ^_^
Que los tenemos muy poco definidos

Y para ayudar un poco, una imagen de Ren.

- Sé que no tenemos mucha confianza y...
- Y acabas de salir de un árbol.

El norn llevó una mano a la espalda, tanteando el pomo de la enorme espada.

- A ver Loboescuálido...
- Pisa ligero, nigromante- escupió Urtoroth-. No te tolero una sola broma con mi nombre.
- Urtoroth- finalizó el otro-. Si Dorian me ha dicho que es urgente, no es por una nadería. Así que vamos de la manita, caminito de la ciudad humana.
- Hrmph

El sylvari se llevó una mano a la cara.

- Así no vamos a ningún lado.
- Empieza por tu nombre y quizá suelte mi espada lejos de tu garganta.
- Cúnnandur, me llamo Cúnnandur. Y parece que hay dragones.

Vale. Ahora todo cobraba sentido. Había estado peleando contra el gusano de hielo no hacía mucho. Bueno. en realidad contra los adeptos. Esos revirados Hijos de Svanir. Quizá la petición del Destine tuviera su punto de lógica. Eir no denegaría la ayuda a la ciudad humana y viajar siempre fue algo en la mente del norn.

- Muy bien, Cúnndulún. Dame la manita- bromeó el gigantón.
- Ays- suspiró el nigromante-. Gran árbol pálido... dame paciencia...

// Bzzzt // Le atiende el asistente automático de Rocanegra // Bzzzt //

En este momento cronológico mi unidad corporal se encuentra fuera de Rata Sum,
si precisas de mí corpóreamente sé tan amable de indicarlo a mi asistente automatizado,
en caso contrario, verbaliza tu consulta y serás atendido a la mayor brevedad.

Para asuntos de urgencia contactar con mis asociados en Arco del León.

// Bzzzt // Deje su mensaje después del indicador volumétrico agudo // Bzzzt //

// Piiiiiiiiiiiii!

Un peque resumen y un destello de cómo se llevan los hermanos en este juego. A ver si sorprende a alguien

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- Hermano, ¿cómo fue al final la patrulla de ayer?- preguntó Cúnnandur al verle entrar por la puerta de su residencia.
- Tranquila- respondió Erunámo dejando su espadón en un lateral de la sala-. Demasiado, quizás. Si Caithe esperaba que Rytlock enviara a alguien, esperaba en vano. Ningún charr se dignó aparecer.

Cúnnandur se apoyó en la mesa del comedor y negó en silencio.

- El orgullo precede a esa raza.
- Bueno, los humanos no les van a la zaga, ¿eh?
- Mefata parece algo inestable. Supongo que aún lleva en su interior el fuego de la adolescencia. ¿Y asuras?- preguntó el nigromante.
- Dos, un tanto sarcásticos. Azabache y Tsubaki. Agradable compañía, sin embargo.
- Era de esperar. ¿Algún Despierto más?
- Ren Gwyloth. Me recordó a ti. Sois algo inquietantes a veces- contestó el guerrero, dejándose caer con ligereza en un sofá parduzco-. No estuvo muy concurrida, la patrulla. Aunque al menos conseguimos adelantar un poco los puestos asura en las cercanías de Rata Sum.
- Gracias por el cumplido, hombre. De cualquier modo, espero poder acudir en la próxima misión- prometió Cúnn.
- No te apresures, hermano-. Aceptaba Námo. Se levantó de su asiento y se acercó a su pariente. Conciliador, apoyó su mano en la espalda de Cúnn- Aún tienes mucho que estudiar. La familia confía en tus poderes para poder despertar a nuestra hermana.

Cúnn volvió a negar con la cabeza, haciendo temblar las ramas de su cabeza.

- No sé, Námo. A veces pienso que no seré capaz. Estos estudios son demasiado... oscuros. La vida en muerte trae a mi la sangre y eso nos aleja de la savia. Somos sylvari, no burdos norn o débiles humanos, hechos de carne y víscera.
- No te exijas demasiado, hermano mayor. Tómalo con calma y todo saldrá bien.
- Gracias, pequeñajo.

Wii

Eso escorzo es un automatic win

Dorian Destine escribió:Eso escorzo es un automatic win

Voy a ver si encuentro un rato y creo un poster con alguna captura chula

Venga va, a ver si me sale algo de transfondo también para los hermanos Mefata

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- No podías cerrar un poco la boca? Menuda primera impresión habrás dado... - Gruñó el fornido guardian, que se dirigía a su esbelto hermano, que estaba sentado tranquilamente en uno de tantos tejados de Linde de la Divinidad.

Éste se recostó cómodamente, acoplando su cuerpo entre las tejas; estando ya más acostumbrado a tejados que a tierra firme; mostrando completa indiferencia ante la queja de Greeden.

- Y podrías bajar de ahí? Bastante tienen Thackeray y los Serafines como para que tu tambien vayas buscando brega... Aún no sé como Karrion te tiene tanto aprecio. - El primogénito prosiguió su monologo ante su impasible público, que incluso parecía que se había quedado dormido hasta que por fin reaccionó.

- Pregúntaselo a él... - Dijo suavemente señalando un espacio vacío a su lado en que empezaba a formarse la figura de un sylvari.

Desde que encontraron al pobre sylvari abandonado y recién despertado enmedio de la ciudad, y lo habían adopatado en su familia como un hermano más, Karrion se había convertido practicamente en la sombra de Keith; el cual disfrutaba viendo como iba progresando en el arte de las ilusones, en un intento de imitar a su hermano adoptivo, pero habiendo tomado una senda mas mística.

- Eres una mala influ... - Antes de que pudiera terminar la frase, el hombre árbol había aparecido detrás del guardían y le había colocado un dedo delante de los labios como gesto de silencio.

- Sssh... Por favor... - Susurró el sylvari; con una voz neutra, sin ningún rasgo especial... Podría decirse que su rasgo era basicamente no tener ninguno. - Si tanto te preocupan las impresiones, permíteme acudir a mi a la siguiente llamada...

- No te preocupes, Ka. - Dijo Keith mientras saltaba hacia el suelo. - Me importa un comino la impresión que les hayamos podido dar, y por lo que pude ver; aparte de que son una panda bastante peculiar; a ellos mismos también les importaba bastante poco.

- Como para fiarse de tu criterio. - le respondió Greeden con sorna.

- Fíate todo lo que quieras; no necesito demostrarte nada. - le dijo el ladrón, ya dándole la espalda y listo para marcharse de allí, junto con el hipnotizador, que había desaparecido; para colocarse entre las sombras. - Pero me gustaría que la próxima vez fueras tú con ellos; te sentirías como en casa.

- Dudo mucho que pueda haber familia más dispar que la nuestra. - Para cuando el primogénito había terminado la frase, ya no quedaba nadie en aquel callejón. A pesar de que Greeden mantenía una postura de escepticismo, tenía que admitir que la afirmación de su hermano había despertado su curiosidad.

- Bueno, no hay mejor modo de saber algo que descubriendolo por ti mismo...

-¿Qué quieres decir con que no sabes de qué estamos hablando?-el Norn, cansado, tensó todo su cuerpo- ¡Todos los Sylvari nacéis sabiendo todo esto!-el grito atronador sobresaltó a los presentes en la sala. Una exclamación Norn podía despertar al difunto más profundamente enterrado. Y Urtoroth exclamaba mucho.

-Pues... yo no -se disculpó Ica Rel- Conozco parte de esa historia... conozco la parte del reino humano... y esa batalla contra... contra... -el Sylvari se frotaba su pálida frente haciendo un esfuerzo por recordar algo más, pero no había nada más en su memoria. Esos recuerdos no existían, o estaban despedazados, fragmentados. Esa parte de conocimiento no se había transmitido en su totalidad durante su Sueño.

Urtoroth se quedó mirándole... impotente, meneando la cabeza, y a punto de estallar.

-¡¿Y como quieren que reúna una fuerza de élite si me mandan a tipos así?!-la pregunta la dejó en el aire, haciendo un gesto con la mano hacia el joven Sylvari que había estado haciendo preguntas desde que llegó. Se pasó la mano por el enorme tatuaje de su frente, una vez más, cansado.

-Paciencia Lobopálido, si este Sylvari esta con nosotros es porque los espíritus así lo han querido- Balifeq, otro Norn colosalmente igual de enorme que Urtoroth, hizo una pausa para que sus palabras quedaran flotando en las mentes de los Recios presentes, y se dirigió hacia Ica Rel- Tu caso es extraño, que hayas despertado prematuramente es un misterio, y conocemos aún muy poco sobre tu raza como para saber las causas. Y se estudiará en su debido momento. Mientras tanto, tenemos un refuerzo más para acudir a la llamada -revisó con la mirada las aptitudes del Sylvari- Pareces fuerte... y hábil. Seguro que Urtoroth y yo podemos enseñarte un par de cosas para el combate. Un par de trucos... de Recios...

Ica Rel bajó la mirada. No podía hacer más. Había tenido mucha suerte de ser reclutado por un regimiento, y más por ser un escuadrón tan especial como Recios. Pero no veía la forma en la que un Sylvari “incompleto” podía ayudarles. Ren, el Sylvari que estaba a su lado, notó enseguida su inquietud, y puso un brazo sobre sus hombros duros como la corteza.

-No te preocupes, lo harás bien, lo sé. Tan sólo confía en tus compañeros. Te acompañaré a esta misión -dirigió una fugaz mirada a Urtoroth- y luego volveremos a hablar sobre esos dragones que tanto preocupan a Lobopálido y a Caithe.

Urtoroth se quedó pensativo, mirando los papeles de su mesa. Levantó la vista hacia los compañeros que le rodeaban, y tomó una decisión, entregándoles un papel doblado.

-Muy bien... -suspiró- acudid entonces a este punto de encuentro. Es donde nuestro contacto os estará esperando pasado mañana.

Ren compartió una enigmática sonrisa, y se volvió hacia su semejante Sylvari.

-Ica, prepara tu equipaje. Dentro de 2 noches salimos hacia tierras Charr. Te encantarán... han arrasado con todo...

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Espero completarla con alguna screen pasado mañana ^_^