Alendil, vuelta del exilio
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Alendil, vuelta del exilio
Alendil, vuelta del exilio
Alendil de Lunargenta miró la Luna. Apagó la vela casi gastada con la húmeda yema de sus dedos, cerró el oxidado libro y recogió sus pergaminos; era hora de partir.
Habían pasado unos meses desde que Alendil se asentó en una lúgubre cueva, lejos del mundo; no diré cual, pues no es dato importante.
Cuando el ni joven ni anciano arcanista salió a la luz, sintió que todo estaba igual, pero a su manera: las hojas de los árboles estaban a punto de caer...; el cielo se veía rojizo..., por lo que habrían vertido sangre hace no mucho; etc.
Después de un rato, el elfo se concentró, cerró los puños con fuerza, de los cuales salía humo, un humo oscuro y rojizo, al igual que de la húmeda tierra. Un círculo tan rojo como la lava se dibujaba en el suelo, un círculo de invocación. Una sombra se dibujó en el cargado aire que se posaba sobre aquellas tierras, una especie de perro emergía desde el suelo, una mandíbula con infinidad de dientes, y una sed de magia que se podía incluso tocar. Solo una palabra salió de la boca de Alendil: <<¡Cazaafenn!>>. El can manáfago se estiró, despertándose por primera vez de un profundo sueño.
El arcanista decidió que era hora de partir rápido, por lo que con un ligero movimiento de muñecas, apareció un demoníaco corcel que desprendía un calor insoportable para quien no supiera controlar tal poder. Alendil se subió a él y desapareció tras la humedad del aire.
Días más tarde apareció bajo las imponentes murallas de la orca capital de Orgrimmar. Nada más entrar se dirigió a la posada, se bajó la mugrienta capucha y pidió una habitación. ¿Un elfo en esas tierras, y además tan descuidado? La gente se preguntaba que hacía allí, pero él simplemente no hacía caso de las habladurías del pueblo.
A la mañana siguiente se dirigió hacia el zepelín que llevaba a Entrañas, la ciudad no-muerta, para coger un portal que se situaba en la superficie de las ruinas de Lordaeron, así podría llegar hasta su tierra. En Lunargenta se dirigió hacia su antiguo hogar, a recoger sus vestimentas y armas. Se puso una pesada túnica, se armó unas oxidadas hombreras y empuñó su viejo bastón.
Mandó una carta a los altos cargos del clan fiel a la horda de Recios para avisar de su regreso, ¿le habrían olvidado?, ¿o tal vez aún, después de tanto tiempo, le recordarían? Sir Dorian Destine le respondió con alegría, con lo que, gracias a una mágica piedra para poder contactar con sus aliados, pretendía hablarles. Palpó los bolsillos de la túnica, pero nada, no la encontraba. Revisó su mochila, en un bolsillo oculto, allí se encontraba. Nada más cogerla cerró los ojos, se concentró, y la piedra comenzó a brillar, tomó un extraño brillo que parpadeaba, hasta que se mantuvo, y comenzó a hablar.
-¿Recios? Soy Alendil, vuelvo del exilio.
Al elfo aún le quedaban muchas batallas por librar.
Atentamente,
Sir Alendil de Lunargenta
_________________________________________________________
Vuelvooooooo! Despues de un tiempo sin jugar aqui estoy
Como me se que escribiis historias buenísimas, me gustarían críticas
Alendil de Lunargenta miró la Luna. Apagó la vela casi gastada con la húmeda yema de sus dedos, cerró el oxidado libro y recogió sus pergaminos; era hora de partir.
Habían pasado unos meses desde que Alendil se asentó en una lúgubre cueva, lejos del mundo; no diré cual, pues no es dato importante.
Cuando el ni joven ni anciano arcanista salió a la luz, sintió que todo estaba igual, pero a su manera: las hojas de los árboles estaban a punto de caer...; el cielo se veía rojizo..., por lo que habrían vertido sangre hace no mucho; etc.
Después de un rato, el elfo se concentró, cerró los puños con fuerza, de los cuales salía humo, un humo oscuro y rojizo, al igual que de la húmeda tierra. Un círculo tan rojo como la lava se dibujaba en el suelo, un círculo de invocación. Una sombra se dibujó en el cargado aire que se posaba sobre aquellas tierras, una especie de perro emergía desde el suelo, una mandíbula con infinidad de dientes, y una sed de magia que se podía incluso tocar. Solo una palabra salió de la boca de Alendil: <<¡Cazaafenn!>>. El can manáfago se estiró, despertándose por primera vez de un profundo sueño.
El arcanista decidió que era hora de partir rápido, por lo que con un ligero movimiento de muñecas, apareció un demoníaco corcel que desprendía un calor insoportable para quien no supiera controlar tal poder. Alendil se subió a él y desapareció tras la humedad del aire.
Días más tarde apareció bajo las imponentes murallas de la orca capital de Orgrimmar. Nada más entrar se dirigió a la posada, se bajó la mugrienta capucha y pidió una habitación. ¿Un elfo en esas tierras, y además tan descuidado? La gente se preguntaba que hacía allí, pero él simplemente no hacía caso de las habladurías del pueblo.
A la mañana siguiente se dirigió hacia el zepelín que llevaba a Entrañas, la ciudad no-muerta, para coger un portal que se situaba en la superficie de las ruinas de Lordaeron, así podría llegar hasta su tierra. En Lunargenta se dirigió hacia su antiguo hogar, a recoger sus vestimentas y armas. Se puso una pesada túnica, se armó unas oxidadas hombreras y empuñó su viejo bastón.
Mandó una carta a los altos cargos del clan fiel a la horda de Recios para avisar de su regreso, ¿le habrían olvidado?, ¿o tal vez aún, después de tanto tiempo, le recordarían? Sir Dorian Destine le respondió con alegría, con lo que, gracias a una mágica piedra para poder contactar con sus aliados, pretendía hablarles. Palpó los bolsillos de la túnica, pero nada, no la encontraba. Revisó su mochila, en un bolsillo oculto, allí se encontraba. Nada más cogerla cerró los ojos, se concentró, y la piedra comenzó a brillar, tomó un extraño brillo que parpadeaba, hasta que se mantuvo, y comenzó a hablar.
-¿Recios? Soy Alendil, vuelvo del exilio.
Al elfo aún le quedaban muchas batallas por librar.
Atentamente,
Sir Alendil de Lunargenta
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Vuelvooooooo! Despues de un tiempo sin jugar aqui estoy
Como me se que escribiis historias buenísimas, me gustarían críticas
Alendil- Machacaorcos
- Juego : Guild Wars 2
PJ principal : Alendil
Antigüedad : 21/09/2007
Mensajes : 158
Edad : 32
Re: Alendil, vuelta del exilio
weeeee . Nuestro hijo pródigo ha vuelto. Tomate tu tiempo para desengrasarte, que nos vamos a ir por ahí de paseo.
Nos alegramos de que hayas vuelto . A ver si saco hueco y te contesto a la historia in-rol.
Nos alegramos de que hayas vuelto . A ver si saco hueco y te contesto a la historia in-rol.
Re: Alendil, vuelta del exilio
Bienvenido del exilio sir Alendil. Nos complace de nuevo tu regreso, el brazo de los Recios se hará mucho mas fuerte.
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