Cántico a la noche

Un crujido proveniente de una tela al ondear mecida por la brisa de la noche era el único sonido que rompía el sosiego de la gran sala, una capa que se dejaba acariciar por el leve viento acompañando al movimiento errante de su portador, Sergestus, que no era capaz de conciliar el sueño, andaba por las diferentes dependencias sin un rumbo fijo, sólo anhelaba distraer sus pensamientos que le impedían dormir y por ello deambulaba esperando una respuesta a la pregunta que ni él mismo conocía.

No comprendía aquella turbación, esa extraña sensación como si algo dentro de sí mismo estuviera retorciéndose una y otra vez pero que en vez de provocar dolor le inspiraba una curiosa nostalgia con una leve mezcla de ilusión. Inconscientemente, se deslizó al exterior de uno de los balcones dejando que la seda de la cortina rozara al pasar su rostro, cerrando los ojos durante un instante como queriendo capturar en su piel esa agradable sensación. Una noche despejada y con la Luna en lo alto del cielo lo recibieron, un silencio sólo roto por el ulular de un búho a lo lejos, una quietud que hacía que la confusión que sentía Sergestus volviera a invadirle, obligándole a dejar escapar un profundo suspiro. Miró a la Dama Blanca, la Luna más brillante de Azeroth, la observó detenidamente admirando su grandeza y su fulgor, un pozo de brillante esperanza que desafiaba a la misma oscuridad. Sin darse cuenta, Sergestus se encontró susurrando la letra de una vieja canción élfica que su madre le enseñó cuando era pequeño:

“Sientes el pesar y la duda que asalta en tu interior,
notas que parte de tu alma se desgarra sin razón,
crees que sólo puedes rendirte a la desesperación,
que sufrir es tu castigo por no entender algo a ti superior...

...pero no sufras mi cielo pues no es ni maldad ni aflicción
lo que tu alma suplica por comprender para entregarse con devoción,
es el anhelo de encontrar sin saber, al ver el firmamento abrumador,
el mismo brillo intenso que encontraste al observar en sus ojos ese agradable calor.

Pregúntate mi vida, si es posible la maldad en tal pensamiento alentador,
ese deseo de encontrar el mejor momento y el lugar acogedor,
para entregarse a la llamada que pide cada fibra de tu esencia,
y dejarse acariciar por la suave brisa de la felicidad con su presencia...”

Sergestus dejó que se fugara de su interior otro suspiro, le resultaba extraño comportarse así y hacía días que no buscaba la compañía de nadie más que su propia soledad, la compañera que más fiel había sido al comprender su tormenta de pensamientos. Se soltó el pelo que solía sujetar en una larga y firme cola, dejando que sus cabellos cayeran sobre su rostro ocultándolo casi por completo.

-Poderosa y radiante Luz Sagrada, concédeme la sabiduría para comprender que es el mal que me aflige, el que ha dominado mi mente y adormece mis sentidos, el que me obliga a recordar una y otra vez esos ojos que se clavan en los míos y hacen que mi alma quede indefensa como un niño, a rememorar esa sonrisa llena de paz que me hace enmudecer... sé piadosa con este humilde seguidor y dame al menos una señal que me guíe de que debo hacer, que penitencia a mi debilidad debo aceptar., que ..

Un penetrante olor azufrado llegó a Sergestus, tras desaparecer éste a los pocos segundos, un familiar y peculiar aroma hizo que el caballero se quedara totalmente paralizado, asustado y expectante como la presa que sabe que va a ser devorada y espera a su destino con resignación sin poder ser capaz de huir. Tras esos primeros instantes de impresión, una oleada de súbita emoción le invadió permitiéndole de nuevo moverse y girarse poco a poco para observar la figura que se ocultaba bajo el abrazo de la penumbra.

-Perdona por mi intrusión...he... oído tu canto... y he querido saber la razón que te ha conducido a compartirla con la noche...

Sergestus, aún presa de la sorpresa, empezó a notar una embriagadora sensación que se expandía por todo su ser pero que no alcanzaba a comprender, no sabía muy bien de que se trataba pero una cosa sí pudo saber con certeza, ese rostro mirándole en la oscuridad era capaz de mitigar lo que le atenazaba en su interior.

-Hasta ahora no conocía siquiera la pregunta a la respuesta que buscaba... y de repente, al veros de nuevo, comprendo que vos sois la respuesta a la cuestión sobre qué o quién podría aliviar lo que atormentaba mi mente... y mi espíritu. Hoy he entendido que sois quien dictará los anhelos que me impulsarán a soñar y creer en un mañana pleno de paz, a vuestro lado....concededme el privilegio de respirar para luchar por vuestro favor... y teneros junto a mí... por el resto de la eternidad.

Siendo el silencio el que juzgó apropiado encerrar las palabras para no romper el momento, las dos figuras se fundieron en un abrazo con las estrellas y la Dama Blanca como testigos de dicha unión y ninguna criatura nocturna se atrevió a desafiar el bello momento creado por la magia de un instante sin sonido alguno.

Sublime /clap

vamos lo de siempre... que esta calforro....

Ains... lo de hacerse el mistico esta muy manido ya...





XDDDD Ahora en serio, muy buena ^^

la verdad... Está muy bien ^^ historia muy bonita...
¿estás enamorado?

//modo Sergestus on
No, no estoy enamorado... enamorado es una palabra que no descibre con justicia la magia que vivo en estos momentos, esto sólo es un simple intento de expresar lo que ni en siglos ni con libros enteros se llegaría ni a un ápice alcanzar.

//modo Akaii, la adorable flageladora ON
- FUERA DE MI SEPULCRO, VAS A LLENARLO DE ESE PERFUME BARATO QUE LLEVAS....... SUCIO BELFOOOOO!!!!

// modo Sandra on

Bromas a parte..... muy bonita historia neno.....